jueves, 27 de noviembre de 2008

Significado, Gestión de la energía, Marco positivo, Conexión y Compromiso: Modelo de Liderazgo Femenino

La información que viene a continuación la he encontrado en la web Tendencias21, es un artículo sobre un estudio llevado a cabo por McKinsey Quarterly (revista de negocios de McKinsey & Company publicada en inglés, donde tratan conceptos innovadores sobre management, estrategia, y finanzas). En él se ha identificado las dimensiones que, bajo su punto de vista, pueden hacer subir a las mujeres en el escalafón de las empresas.

Es muy interesante porque desarrolla un modelo de liderazgo de la mujeres basado en cinco dimensiones: significado, gestión de la energía, marco positivo, conexión y compromiso. Estas cinco dimensiones conformarían un “modelo de liderazgo centrado”, que implicaría también sentirse bien física, intelectual, emocional y espiritualmente para obtener la fuerza necesaria para conseguir una aspiración personal o para inspirar a los demás.

Para llevarlo a cabo, sus autores han entrevistado a 85 mujeres de todo el mundo que han tenido éxito en su carrera empresarial. Las entrevistadas son muy dispares, ya que van desde directivas que lideran a 10.000 personas hasta empresarias que sólo dirigen a 5.

Bueno pues a continuación tenéis la explicación de esas dimensiones:
En primer lugar estaría lo que llaman “significado”, que se refiere a la motivación que nos mueve. Permite a las personas descubrir sus intereses y llevarlos hasta el límite. Es, dicen los autores, “lo que hace que el corazón lata más rápido”. El significado empieza con la felicidad. Los psicólogos positivos han definido una progresión de la felicidad que va desde el placer, pasando por el compromiso, hasta el significado. Algunas de las mujeres entrevistadas afirmaron que encontrar un significado en su vida les había ayudado a tomar nuevos caminos y a asumir riesgos personales y laborales que estaban implícitos en sus retos. Para empezar, el informe asegura que es necesario definir qué cosas tienen sentido en el día a día, qué cosas proporcionan felicidad y en qué cosas se es bueno.

La energía, crucial Gestionar la energía es clave para los líderes hoy por hoy. El estudio afirma que el 60% de los directivos senior trabajan más de 50 horas a la semana, mientras que un 10% trabajan unas 80. En el caso de muchas mujeres (92%) con responsabilidad, además de estas largas jornadas, tienen que hacerse cargo después de su vida familiar. McKinsey considera que el equilibrio entre trabajo y vida privada para las mujeres es una quimera, por lo que apuesta por que éstas encuentren un equilibrio en sus flujos de energía. Esto significa basar las prioridades en aquellas actividades que “energetizan”, tanto en las empresas como en casa. Es una forma de evitar el síndrome del trabajador “quemado”, que tanto sufren las mujeres. El trabajo no tiene que ser agotador.

Mihály Csikszentmihálvi, uno de los fundadores de la psicología positiva, estudió a gente de todo tipo, desde escultores a ejecutivos, y llegó a la conclusión de que aquellos que experimentaban frecuentemente la sensación de estar tan centrados en una actividad que no sienten el paso del tiempo eran más productivos y se sentían más satisfechos y plenos de energía. La clave es identificar las situaciones que nos recargan y aquellas que nos vacían. Esta autoconciencia es una vía para sólo incorporar a nuestra actividad las cosas que nos dan energía. El punto de vista con que se ve el mundo puede marcar la diferencia profesionalmente hablando. Muchos estudios sugieren que los optimistas ven la vida más realistamente que los pesimistas.

El marco positivo puede ser crucial para tomar las decisiones adecuadas en un negocio. Esto es fundamental para las mujeres, ya que tienen el doble de probabilidades de sufrir una depresión que los hombres, según el libro “The famele brain”.

Los optimistas no temen ver el mundo tal cual es, porque confían en sus posibilidades y en su capacidad para mover equipos rápidamente. Por el contrario, los pesimistas tienden a sentirse indefensos. “No importa lo pesimista que se sea por naturaleza”, dice el informe, “se puede aprender a ver las situaciones como lo hacen las personas optimistas”.

La experiencia de Andrea Jung, la presidenta de Avon, muestra lo útil que puede ser enmarcar la realidad positivamente. A finales de 2005, su empresa entró en una espiral negativa a causa de factores temporales que ella no podía explicar. Ella lideraba y creaba las estrategias y los equipos, por lo que se sentía responsable. Su decisión fue “despedirse a ella misma” un viernes por la tarde y volver un lunes convertida en una “nueva” presidenta. Se dio cuenta de que tenía que ver siempre el vaso medio lleno y recuperó un plan adoptado por su equipo de gestión, después de analizar la situación, que provocó una mejora sostenida.

Conexiones La gente con buenas redes y mentores ascienden en los escalafones, son mejor pagados y se sienten más satisfechos. Tienen un sentimiento de pertenencia que hace que sus vidas tengan sentido. Este es el poder que tienen las conexiones, que además pueden marcar la diferencia entre ser un directivo o ser un líder. Los segundos tienen la habilidad de imaginar hacia dónde quieren ir y “reclutar” las personas y los grupos para alcanzar esa finalidad. Pero hombres y mujeres hacen sus conexiones también de forma muy diferente. Roy Baumeister, un psicólogo social, cree que los hombres tienden a hacer redes más grandes y más superficiales que las mujeres, lo que motiva que ellos obtengan una mayor variedad de recursos y más oportunidades profesionales. Para McKinsey, efectivamente, las redes creadas por mujeres son más pequeñas pero mucho más profundas. Hablando de establecer relaciones, el estudio pone de manifiesto la importancia que tiene para las mujeres relacionarse con colegas senior y tener mentores. Una de las causas de que, precisamente, ellas no lleguen a puestos de responsabilidad es la falta de mentores (especialmente femeninos) “que son la clave para ayudar a las mujeres a acceder a oportunidades”. Un de las conclusiones a las llega el estudio es que las mujeres fallan con frecuencia en la reciprocidad. Los hombres comprenden de forma natural que “hay que dar antes de recibir”, pero las mujeres no. Esta tendencia dificulta que las mujeres, sobre todo si son jóvenes, encuentren mentores dentro de la empresa.

Finalmente, las mujeres entrevistadas aseguran que ellas tienen que crear su propia suerte. Se refieren a que, para conectarse a las oportunidades y hacerse dueñas de ellas, “han de escuchar primero su propia voz”.

Las mujeres que quieren prosperar en su liderazgo también tienen que hacerse dueñas de su desarrollo profesional. Mary Ma, directora financiera del fabricante de ordenadores Lenovo, dijo en una de las entrevistas que ella toma como metáfora la industria japonesa del automóvil, reorganizándose ella misma para ser más competitiva y cambiando lo que ha de ser cambiado. Ma dice que no se queja ante sus jefes o compañeros, sino que mira en su interior para ver cómo puede ser una líder más efectiva. Este compromiso con uno mismo tiene mucho que ver con el riesgo. Las mujeres entrevistadas aceptaban el riesgo como parte de una oportunidad. Unas mostraban el coraje y la confianza para enfrentarse a ese riesgo, mientras que otras analizaban el problema para medir el riesgo y actuar en consecuencia. Algunos estudios indican que las personas que toman una decisión enfrentándose al riesgo, en lugar de evitarlo, son más felices.

martes, 25 de noviembre de 2008

TENGO UNA IDEA!!!!!

Tira obtenida de PYMES online







Emprender no es una cuestión de feminismo

En muchas ocasiones se habla de que, todavía en la actualidad, son más los hombres en cargos directivos, más los hombres que emprenden respecto a las mujer. Además, se achaca esta situación a que las mujeres encuentran más dificultades para ello debido a que deben conciliar la vida laboral con la familiar y no siempre reciben el respaldo suficiente desde las entidades y las administraciones.

Incluso desde algunas asociaciones en pro de la mujer se entiende esta situación como una reivindicación en favor del feminismo pero esto no es siempre así. Según, comentó recientemente, Ana Luisa Ochoa, vicepresidenta editorial de la revista Mujer Ejecutiva, en una entrevista debería considerarse la igualdad en cifras de participación en el mundo laboral como una cuestión de “Equilibrio y no feminismo”. El que la mujer gane espacios en el mundo de los negocios debe ser porque da buenos resultados, no es una cuota que el sector empresarial tenga que dar al género femenino’.

Además añadió que cuestiones como la diferencia de salario entre hombres y mujeres que ejercen el mismo cargo y responsabilidad son puntos en los que se debe trabajar para más revertir la situación, "lograr que exista un equilibrio ya que tanto el hombre como la mujer pueden hacer grandes alianzas en los negocios”.

Ochoa también define en esta entrevista un nuevo tipo de mujer al que denomina "alfa”, “la mujer alfa contribuye con la proporción mayor de la familia, toma las decisiones más importantes, es tan dominante que intenta siempre retomar su propio estilo de vida y nunca se siente inferior, se preocupan por los problemas sociales. Este tipo de mujer va a mover la estructura social tradicional en el País, en los próximos años”.

En este último punto menciona Ana Ochoa es inclusive un excelente nicho para emprender un negocio dirigido a la mujer alfa.

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