Hace poco le escuche decir a Alejandro Vesga, director de la revista "Emprendedores" en una conferencia que daba en Valencia sobre claves para generar ideas de negocio, que muchas veces el éxito de una idea es aprovechar algo que ya está inventado para adaptarlo a las nuevas necesidades de tu entorno.
Pues bien, este es el caso de dos mujeres valencianas, Nieves Gutiérrez y Loli Machacoses que se unieron hace un año para ofrecer un servicio de planchado a domicilio al que han bautizado con el nombre de "Planching". Aunque la idea en principio puede parecer sencilla, la verdad es que estas dos emprendedoras han descubierto una hueco de mercado en una sociedad que cada vez tiene menos tiempo para hacer las cosas más rutinarias
Incluso ya han hecho sus pinitos en la faceta comercial. Además de crear una marca que define a la perfección su actividad con un toque anglosajón, han contado con la colaboración del diseñador y fotógrafo Ximo Lizana para su imagen corporativa. También han colgado una página web propia, http://www.planching.com/, y han recurrido al fax y al buzoneo como herramientas de márketing.
Además se han montado la empresa de manera que trabajan desde casa y la inversión en maquinaria no ha sido muy elevada.
Con todo, para conseguir clientes, según comentan ellas mismas, el factor determinante es el boca a oreja “Es más lento y al principio todo el mundo te pide que se lo expliques, pero es el que mejor funciona. La primera vez que recogí la ropa hasta me extraño que se fiasen de mí para darme la ropa”.
En principio, Planching ha establecido tres días para la recogida y entrega de la ropa: lunes, miércoles y viernes. Aunque después son los clientes quienes acaban fijando los plazos.
Planching ha fijado sus tarifas en función de la prenda. Así que por un módico precio puedes acabar con las pilas de ropa por plancha que se acumulan en casa. Las corbatas o la ropa de niños de menos de seis años planchada cuesta un euro, mientras que las camisas, el auténtico producto estrella que representa el ochenta por ciento de su trabajo, tiene un precio de dos euros. Las tarifas más caras son para las fundas nórdicas (3,8 euros) y las cortinas (2,7 euros por metro cuadrado). Eso sí, para que el gasto en gasolina no les impida ser rentables exigen un pedido mínimo de quince euros.
Por cierto si queréis saber más cosas de las que decía Alejandro Vesga en esa conferencia, aquí tenéis un video, de una entrevistas que le hicieron en ese marco
miércoles, 17 de octubre de 2007
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