Los emprendedores y emprendedoras nacen y se hacen. El desarrollo del emprendedurismo ha demostrado en el mundo su validez como estrategia para superar las crisis económicas y además desarrollar en plenitud a las personas y familias que participan de proyectos de este tipo.
Podemos decir que los emprededores se caracterizan por un espíritu activo y positivo, que la lleva a asumir riesgos y compromisos, desafía al mercado y al sistema, se levanta y vuelve a empezar asumiendo los inconvenientes y fracasos como aprendizajes. Sin embargo, el desarrollo de actividades emprendedoras no es fácil y vuelven a demostrar el ingenio y la capacidad de trabajo que deben mostrar para superar las múltiples dificultades que se le presentan.
En el caso de las mujeres estos obstáculos o barreras se incrementan :
- Barreras de rol: Se espera de ellas otro rol y no el que implica su participación en el espacio público y en el mundo de los negocios.
- Barreras sociales y culturales: Actitudes negativas hacia las mujeres que participan en negocios, falta de apoyo familiar, escasas posibilidades de movilidad.
- Barreras ocupacionales: menos oportunidades para acceder a puestos directivos.
Estas barreras, algunas de las cuales hoy van lentamente encaminadas hacia cambios que tienden a disminuirlas, tienen fuertes raíces socio-culturales, lo que supone un proceso a largo plazo, en el cual, la sociedad toda, hombres y mujeres, debemos involucrarnos y participar.
Cada vez menos las mujeres que lideran empresas y microemprendimientos pueden ser aisladas del contexto económico y social en el que se desenvuelven. De hecho, son una pieza fundamental en él. Sigamos trabajando para ello
miércoles, 21 de enero de 2009
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