El Centro para el Liderazgo de las Mujeres de Babson College, en los EE.UU realizó en 2007 en colaboración con el Global Entrepreneurship Monitor el estudio "GEM 2007 Report on Women and Entrepreneurship" en el podemos observar los comportamiento de las emprendedoras a nivel mundial, sus características, sus similitudes y diferencias y su compartativa en cuanto a los emprendedores varones.
El estudio deja ver que en general las mujeres se muestran muy activas en el mundo de los empresarial creando y dirigiendo negocios, contribuyendo a economías que representan a más del 70% de la población mundial y aportando el 93% del Producto Interior Bruto. Sin embargo estos datos no evitan que las mujeres empresarias tengan más miedo al fracaso y más desconfianza que los hombres.
Según los autores, las mujeres emprendedoras son menos optimistas y tiene menos autoconfianza que los hombres. Ahora bien, una vez que se embarcan en la aventura, su confianza va creciendo y tienen más probabilidades de entrar en contacto con otras emprendedoras y explotar nuevas oportunidades que sus colegas hombres. Las mujeres europeas, asiáticas y las que viven en países con ingresos medios/bajos tienen más miedo (40%) que las de Latinoamérica y el Caribe (34%) o la de países con porcentajes altos de ingresos (27%). El informe sugiere que este miedo puede provenir o estar vinculado al hecho de que las mujeres tengan menos opciones de conseguir un trabajo.
El informe también apunta que las mujeres de los países ricos tienen más oportunidades de sacar adelante su negocio que la de los países con rentas más bajas. Sin embargo, es curioso que las zonas de mundo que muestran más actividad emprendedora por parte de las mujeres son Latinoamérica y el Caribe.
Asimismo, el hecho de ser empresaria está cada vez más relacionado con tener un trabajo que con tener más o menos formación. Los datos del estudio sugieren que las mujeres que ya tienen un empleo y han creado un círculo social es muy probable que terminen también iniciado su propia actividad empresarial. Los beneficios sociales y económicos de trabajar están impulsado está labor, más que una mejora en la educación o un aumento del dinero que entra en sus hogares. Por otra parte, los niveles de optimismo y autoconfianza a la hora de empezar un negocio están muy influidos por las normas sociales y culturales de su país de origen.
¿Cómo son?
El patrón de edad de mujeres y hombres emprendedores es muy similar, sin que importe la fase en la que se encuentre el negocio ni el país de origen. En los países menos ricos, la edad para establecer un negocio va de los 25 a los 34 años, mientras que las mujeres que ya han conseguido asentarlo tienen entre 35 y 44. Estas edades aumentan en los países ricos: 24-44 y 35-54, respectivamente. La probabilidad de terminar siendo empresaria es tres o cuatro veces mayor entre las mujeres que ya están trabajando (ya sea a tiempo completo o parcial). Esto indica que el trabajo proporciona el acceso a recursos, a capital o a ideas. Según el informe, las emprendedoras cuya economía doméstica está más desahogada tienen más probabilidades de lanzarse al proceloso mundo de la empresa. Sin embargo, la actividad emprendedora de las mujeres de Latinoamérica y Caribe es cuatro veces mayor que las mujeres de los países ricos.
La revista Tendencias 21 elaboró un artículo con los datos recogidos en este estudio, para las que no entendais el inglés (el estudio está en inglés) . En él se amplia la información que aparece en este post con más datos.
lunes, 19 de enero de 2009
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